En el centro de la isla, entre Sencelles, Sineu y Ruberts, se encuentra esta finca de ensueño que combina tradición y confort moderno. Sus muros del siglo XIX han sido cuidadosamente restaurados y ampliados, conservando todo su carácter original y aportando un ambiente exclusivo y lleno de encanto.

La vivienda principal, con más de 500 m², se distribuye en dos plantas. En la planta baja encontramos un acogedor recibidor que da paso a un amplio salón-comedor con salida directa a la terraza, una cocina abierta, un dormitorio y un estudio independiente con baño en suite, ideal para invitados o personal de servicio.

En la planta superior se ubican cuatro dormitorios de generosas dimensiones (entre 23 y 37 m²), todos con baño privado, aire acondicionado y estufas de pellets.

La finca está concebida para disfrutar de la vida mallorquina en todo su esplendor: perfecta para acoger a la familia y amigos, organizar celebraciones inolvidables y compartir momentos alrededor de la piscina, en las terrazas o entre los viñedos. Cada rincón invita a vivir con calma, rodeado de naturaleza y con el auténtico estilo mediterráneo.

En el exterior, la propiedad ofrece elegantes jardines, varias terrazas y una piscina que se convierte en el centro de la vida social durante el verano. Los caminos iluminados conducen hasta la parte boscosa, mientras que los cultivos de olivos y viñedos aportan no solo belleza paisajística sino también el privilegio de producir aceite y vino propios.

La finca dispone de agua propia, conexión eléctrica de red y un sistema de energía solar que garantiza autosuficiencia. También cuenta con plazas de aparcamiento y está adaptada para ser tanto un hogar de todo el año como una residencia de vacaciones. Además, reúne las condiciones necesarias para destinarse a agroturismo, lo que abre la puerta a un interesante proyecto de explotación.

Entorno y ubicación

Sencelles es un encantador municipio del centro de Mallorca, con pequeños núcleos como Biniali y Ruberts que transmiten la auténtica vida rural mallorquina. El pueblo ofrece tiendas, restaurantes, farmacia, instalaciones deportivas y un mercado semanal muy concurrido.

La zona pertenece a la denominación de origen vinícola de Binissalem, con bodegas reconocidas como Son Prim o Can Ramis que producen vinos de calidad y abren sus puertas a visitantes.

La finca está a tan solo 30 minutos de Palma, del aeropuerto y de las playas, lo que garantiza una excelente conexión sin renunciar a la paz del campo mallorquín.